noviembre 5, 2024

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Las cinco posibles implicaciones del viraje de la política de EE.UU. hacia Venezuela

Son variadas las implicaciones que tiene el primer paso de Washington para aliviar las sanciones en Venezuela.

El primero es evidentemente geoeconómico.

1. Implicaciones geopolíticas

El mundo occidental necesita fuentes fiables, estables y amplias de petróleo, y vale recordar que Venezuela tiene las más grandes reservas probadas del mundo.

Como también se sabe, el conflicto con Rusia, y probablemente con China, se va a extender con base a lo que el presidente estadounidense, Joe Biden, llamó el «nuevo orden mundial», que no es muy diferente al viejo orden bipolar donde se alzaron férreas cortinas de hierro.

EE.UU. intentará ir tomando control sobre el petróleo venezolano, solo que con la famosa «zanahoria gringa» y no con el garrote, que en este caso no ha dado resultado esperado.

En este panorama, Washington intentará –al menos mientras gobiernen los demócratas– occidentalizar la producción, explotación y exportación del crudo venezolano. Uno de los motivos principales para esa estrategia es que se trata de una fuente de suministros ubicada geográficamente más cerca, en momentos en que el tránsito por el mundo se hace, y se hará, cada vez más riesgoso.

EE.UU. intentará ir tomando control sobre el petróleo venezolano, solo que con la famosa «zanahoria gringa» y no con el garrote, que en este caso no ha dado resultado esperado.

Entonces, por medio de sus compañías petroleras que ya operan en Venezuela y con el reconocimiento paulatino al escenario electoral, Washington tratará de provocar cambios moderados, es decir, ya no pensando en transiciones tumultuosas, sino con la mirada puesta en movidas graduales y de reconocimiento institucional, que le permitan generar confianza en el chavismo todo.

2. El impacto en la economía venezolana

El anuncio hecho por la Casa Blanca esta semana es el pistoletazo de salida que los actores económicos estaban esperando para invertir en Venezuela. Es un signo que indudablemente afectará de manera positiva en la reactivación económica nacional.

La economía cuyo, crecimiento esperado para 2022 es del 5 al 20 %, según diversas firmas y multilaterales, ahora impulsará un rebote positivo después de una pronunciada caída de casi 8 años.  

Las estimaciones deberán reactualizarse después de este hecho positivo.

3. ¿Y en el chavismo?

La eliminación de la sanción a Carlos Malpica Flores, un alto funcionario de Petróleos de Venezuela (PDVSA), produce altas expectativas en el chavismo gobernante, ya que la decisión implica no solo la eliminación a las sanciones al país todo, sino también a privados. No hay que perder de vista que decenas de altos funcionarios se encuentran sancionados por el Departamento del Tesoro.

La supresión de Malpica de esta lista es lo verdaderamente sorpresivo del anuncio de esta semana, porque el haber permitido a Chevron renegociar su estatus, tal como sucedió también, era algo más que esperado.

Ahora es que comienza a haber un reconocimiento al funcionariado, al chavismo y a la industria petrolera venezolana por parte de Washington. La decisión no es solo un gesto de EE.UU. para impulsar un nuevo proceso de diálogo, sino también el de la concesión con el otro, con el que está negociando.

Por ende, es un reconocimiento a las demandas de la contraparte, en clara relación con el objetivo de la visita que realizó a Caracas Juan González, asesor de Biden para Asuntos del Hemisferio Occidental, en marzo pasado.

4. El costo para EE.UU.

Otra implicación tendrá que ver con el impacto del hecho en Florida y en los grupos de cabildeo cubanos y venezolanos.

La gestión de Biden y el propio Partido Demócrata están sincerando su relación con este estado, electoralmente importante.

Después de las últimas presidenciales de 2020, los demócratas evalúan como muy difícil un triunfo en Florida. Ni siquiera ganando las nacionales por más de 10 millones de votos, como lo hizo Biden con Trump, ese estado se dejó influenciar por el Partido Demócrata.

Por eso, este viraje con Caracas es una especie de «hasta luego» que está lanzando Biden a Florida, en el entendido de que está jerarquizando el control del petróleo y el impacto que tiene su precio y abastecimiento en todo el territorio nacional, por sobre la disputa en este estado histéricamente republicano.

El diseño electoral del «todo o nada» en EE.UU. (es decir, que quien gana un estado tiene a su vez todos sus representantes del colegio electoral) hace que las demandas de los grupos de presión de Florida terminen perdiendo atención para el gobierno demócrata.

El tema Venezuela –particularmente el enfoque sobre la gestión del presidente Nicolás Maduro– es imprescindible para hacer política en Florida, sobre todo en la decisiva población latina.

El fin de las sanciones sobre Malpica echa por tierra toda la narrativa de judicialización que ha llevado a cabo el ‘exilio’ opositor desde Miami y les deja la amargura de tener que aceptar su derrota definitiva, no solo la militar y la política, sino la del lenguaje criminalizador y patalogizante sobre el chavismo, que es su leiv motiv en la mediática mundial.

Ahora, en Florida, a los demócratas no les queda mucho más que hacer control de daños y virar la cara a otros estados y otras demandas. 

5. El eco en la oposición venezolana

En la oposición venezolana también es definitorio este anuncio. Quien no estaba convencido de la necesidad de asistir al evento electoral, respetar al árbitro y reconocer que Maduro es el presidente, ahora tendrá que irlo haciendo.

Se acaba el espejismo de los marines entrando en Caracas o el de un golpe militar, diseñado en Washington, que deje la vía libre para una toma exprés de Miraflores.

Especialmente pierde el exdiputado Juan Guaidó, quien ya debe comenzar a preguntarse qué pasará con los activos que está gestionando. ¿Serán devueltos al gobierno de Maduro? ¿Qué pasará con el oro que tiene detenido el Banco de Inglaterra si ya EE.UU. reconoce al mandatario venezolano?  

Se hace muy difícil para Guaidó salvar los activos, incluida la petrolera Citgo, ya que ahora los capitales con los que PDVSA se endeudó en el pasado querrán tomar el control.

En cambio, la oposición moderada, que había sido enterrada por el bullying de los prointervencionistas, podrá salir del sótano y blandir sus razonamientos políticos sobre un camino de mesura para enfrentar el gobierno. El escenario electoral ahora es el único que importa.

El diálogo permitirá una entrada filtrada y tamizada por el Gobierno, único y claro ganador de esta larga diatriba, de los actores políticos que quisieron ensayar una vía insurreccional.

Ociel Alí López es sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Ha sido ganador del premio municipal de Literatura 2015 con su libro Dale más gasolina y del premio Clacso/Asdi para jóvenes investigadores en 2004. Colaborador en diversos medios de Europa, Estados Unidos y América Latina.